Con la serie RR24 de Jackson Pro Rhoads, el gris carbón de Rhoads Charcoal Gray Jackson sigue el espíritu de los tiempos y da a la popular guitarra eléctrica de metal un acabado mate de moda a través del cual las maderas utilizadas permanecen visibles. Por lo tanto, la guitarra eléctrica ofrece un cuerpo de caoba con cenicero y un mástil continuo con un perfil rápido, mientras que el amplificador Seymour Duncan Distortion Humbucker proporciona el sonido correcto para riffs asertivos y solos de gritos. Como corresponde a un hacha de metal real, también hay un trémolo de Floyd Rose a bordo.
El elemento central en la construcción de las Rhoads RR24 de la Jackson Pro Series es sin duda el mástil de arce continuo, al que se le da una enorme estabilidad mediante incrustaciones de grafito. Con su rápido perfil "Speed Neck", se adapta cómodamente a la mano cuando se toca la guitarra eléctrica, de modo que incluso el riff o solo más rápido toca casi solo en el amplio diapasón de ébano con radio compuesto. Los pianos de cola de caoba también están pegados al mástil, lo que proporciona un potente componente en el sonido. Otra atracción visual es el cenicero, cuyo vivo veteado queda perfectamente resaltado por el acabado transparente Gris Carbón.
La conversión eléctrica del sonido del Jackson Rhoads RR24 es hecha por el Seymour Duncan Distortion Mayhem Set, cuyos humbuckers de alto rendimiento no toman ningún prisionero. El Seymour Duncan TB-6 en el puente proporciona un sonido metálico sin concesiones gracias a su potente imán de cerámica, que azota cada riff o solo a través del sonido de la banda con medios enfocados al láser y agudos ardientes. Aquí, las pastillas se alejan incluso de las afinaciones de caída extremas, de modo que no hay límites a la potencia destructiva acústica. El Seynour Duncan SH-6n en el mástil, sin embargo, convence con su mezcla perfecta de la salida caliente y del sonido caliente, de modo que cada solo cante con sustain liso. Pero también en el canal limpio ambos humbuckers entregan sonidos de primera clase, que presentan acordes y melodías con perfecta separación de cuerdas y claridad armónica.
Como una verdadera guitarra de metal, la Jackson Pro Series Rhoads está por supuesto equipada con un trémolo de Floyd Rose. Con el Floyd Rose FRT-O2000 se pueden crear fácilmente bombas de buceo y chillidos, por lo que la construcción de doble bloqueo garantiza una perfecta estabilidad de sintonía incluso con los insertos de trembar más agresivos. Los mecanismos de fundición a presión de Jackson con alta precisión y funcionamiento suave en la placa del cabezal también son impresionantes.
Una gran guitarra a un muy buen precio.
Una guitarra que pide guerra, acorde con lo que te esperas encontrar en una guitarra de esta estética.
Mástil rápido, demasiado plano para mi gusto pero aun así me he hecho fácilmente, prefiero los mástiles más redondeados por tener manos grandes, pero aun así ya digo que no se me ha hecho incómodo, al contrario, con buen acceso a los trastes más bajos debido a la forma de la guitarra.
Pastillas afiladas como cuchillas, que aun así tienen presencia suficiente de bajos, no como las tendencias modernas que priman estas frecuencias pero lo suficientemente equilibradas.
La del mástil, a mi gusto mucho más nivelada que su hermana la JB que me llega a resultar chillona, esta no, los medios son contundentes y muy presentes pero no estridentes, los agudos lo mismo, fácil de domesticar por lo menos con los amplís que la he probado de diferente factura.
La del mástil, muy agresiva para lo digamos normal en esta posición, pero aun así se pueden sacar limpios agradables al igual que la del puente, pero piden guerra y ahí es donde destacan, géneros agresivos desde el Hard Rock hasta el Trash, los géneros más modernos y los más suaves también se dejan tocar y a un buen nivel, pero no al mismo nivel.
El puente, pues un Floyd Rose, que será Koreano, pero yo que tengo varios tanto pata negra como igual a este, no encuentro diferencias en estabilidad y funcionamiento que sean reseñables, vamos muy bueno si se sabe ajustar, si no se sabe puede ser una pesadilla por bueno que sea.
La estética a mí me encanta, que se vea la veta de la madera en una guitarra tan agresiva en las formas le da un contrapunto muy atractivo para mí.
Los afinadores, pues no lo sé ni creo que lo sepa nunca, yo siempre cierro el bloqueo en este tipo de guitarras y me olvido de ellos, así que con que giren para encordar me vale, pero tienen buena pinta aun siendo genéricos de la marca.
Las pegas.
Pues la primera, las puntas, pero si te compras una guitarra de este tipo ya sabes lo que hay, así que tampoco sería una pega, pero hay que tener cuidado al girarte para no romper las esquinas, pero lo dicho, si no quieres que te pase, no te compres guitarras de este tipo, aunque hay que decir que los enganches de bloqueo Dunlop que trae se agradecen para por lo menos evitar que se caiga fácilmente si la correa tiene los orificios desgastados, cosa que también es habitual en estas guitarras.
Y por último la tercera pega.
Un estuche por dios, estamos hablando de una guitarra de cierto dinero por el que debería traerlo de serie.
Esta tendencia de las marcas más punteras de no incluirlo no les va a dar más ventas, las marcas más “asequibles” lo incluyen y es un tanto a su favor, es un gasto que creo que Fender-Jackson se puede permitir y le daria un plus asociado a su nombre más que acreditado.
En resumen una muy buena guitarra para lo que es, que aunque se puede tocar casi cualquier cosa, pide guerra.