Sin un buen sonido en el escenario, incluso el espectáculo más grande puede perder su encanto. Idealmente, todos los músicos deberían poder escucharse a sí mismos y a sus compañeros de manera clara y a un volumen agradable, sin dañar sus oídos ni los del público en las primeras filas. En muchas ocasiones, el volumen del escenario tiende a aumentar progresivamente hasta que solo queda una "mezcla de sonido" indefinida, lo que provoca estrés e incomodidad entre los artistas y el público. La solución para una escucha más precisa podría ser un sistema de monitoreo intraural o llamado "in-ear", sin necesidad de amplificadores a un volúmen demasiado alto o monitores de escenario.
Muchos músicos creen erróneamente que los sistemas In Ear son solo para grandes escenarios con grandes producciones. Sin embargo, los sistemas In Ear son especialmente beneficiosos en escenarios pequeños. En clubes pequeños con hasta 100 espectadores, es crucial mantener el volumen en el escenario lo más bajo posible. Los sistemas in-ear ayudan a evitar problemas de un sonido demasiado alto. Un sistema in ear reduce drásticamente el nivel de sonido en el escenario, lo que también beneficia al técnico de sonido (FOH), quien puede mezclar de manera más precisa.
Los auriculares no personalizados suelen incluir adaptadores de diferentes tamaños para los oídos. Es recomendable tomarse el tiempo necesario para encontrar el tamaño adecuado. De hecho, es útil probar ambos oídos por separado, ya que a menudo tienen tamaños de conducto auditivo diferentes. Si ninguna de las variantes proporcionadas encaja bien, puede valer la pena explorar el mercado de terceros. Un consejo útil son las puntas de espuma viscoelástica, que se comprimen y se ajustan perfectamente a la forma del oído.
La parte más importante de un sistema in-ear son los auriculares. Teóricamente, un auricular de tipo supraural cerrado podría funcionar bien (como lo usan algunos bateristas en el escenario). Si se busca una solución mas discreta, los sistemas intraurales son la elección ideal. Al igual que los monitores convencionales, la gama de auriculares In Ear es inmensa. Hay modelos disponibles por menos de 50 euros que funcionan, pero si se busca algo realmente serio, lo recomendable es invertir al menos unos cientos de euros en un sistema de auriculares de calidad. Los auriculares hechos a medida, por su parte, suelen estar en el rango de cuatro cifras. En estos casos, un audiólogo toma un molde del oído externo y del canal auditivo, y con ese molde, el fabricante produce un sistema a medida. Esto garantiza un ajuste perfecto y un buen sellado, aunque no es ideal para la reventa, ya que cada oído es único.
Si está pensando en adquirir un sistema In Ear hecho a medido, es importante tener claro los requisitos que debe cumplir. Los/las cantantes, por ejemplo, prefieren un perfil de frecuencia casi lineal, mientras que los o las bajistas suelen querer más potencia en las frecuencias graves para sentir mejor el sonido en el escenario. Según el modelo, los fabricantes ofrecen sistemas con múltiples drivers (transductores), lo cual es similar a una PA con divisores de frecuencias, donde cada altavoz cubre solo un rango específico. Por ejemplo, el modelo "Live" de Ultimate Ears cuenta con un sistema de cinco vías, mientras que los modelos más asequibles funcionan bien con dos vías. En particular, los cantantes no deberían escatimar en este aspecto y deberían optar por modelos de gama alta.
Para poder escuchar la señal proveniente de la consola de mezclas, que generalmente se envía a través de una salida auxiliar, es necesario un amplificador de auriculares al que se conecten los audífonos. Estos amplificadores vienen en diferentes formas. Hay equipos de montaje en rack de 19", así como amplificadores pequeños que se pueden llevar en el cinturón. Generalmente, incluyen un control de volumen que permite al músico ajustar el nivel general. También existen sistemas In Ear inalámbricos con transmisor y receptor, lo que proporciona la máxima libertad de movimiento en el escenario. Sin embargo, estos sistemas inalámbricos son significativamente más costosos que las soluciones con cable.
Es importante señalar que las ventajas de un sistema InEar superan con creces las desventajas ya mencionadas. Sin embargo, es necesario ser consciente de que los auriculares In Ear siempre implican cierto grado de "aislamiento", ya que tapan los oídos en cierta medida. Por supuesto, los fabricantes son conscientes de este problema y han lanzado modelos con pequeñas aberturas al mercado. No es beneficioso que los artistas en el escenario no puedan escuchar las reacciones del público, ya que esto puede minimizar cualquier interacción desde el principio. Otra opción para solucionar este problema es colocar micrófonos ambientales para que estos sonidos sean audibles en la monitorización. Incluso ya hay desarrollos donde los auriculares cuentan con micrófonos integrados para hacer que los ruidos exteriores sean más audibles y así minimizar la sensación de aislamiento. Por lo tanto, quienes utilicen In Ears deben tener en cuenta esto y planificar un pequeño período de adaptación.
En un sistema In Ear en estéreo, los instrumentos están distribuidos de manera fija en el panorama. Sin embargo, cuando el músico se gira 180 grados, sus colegas en el escenario lógicamente se ven de manera diferente (izquierda y derecha se invierten), mientras que la distribución en sus auriculares permanece igual. Por ejemplo, el guitarrista ahora está visualmente a su izquierda, aunque aún lo escuche por el oído derecho. Este fenómeno solo ocurre en un sistema estéreo; en una suma mono, no tiene relevancia.